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Muchas personas con cáncer de pulmón no microcítico o de células no pequeñas (NSCLC, por sus siglas en inglés) no están lo suficientemente sanas como para someterse a una cirugía. Algunas personas podrían tener un tumor alojado en algún lugar que dificulta mucho la cirugía. Otras podrían tener cáncer de pulmón en etapa avanzada y la cirugía de pulmón puede no servir. En estos casos, los tratamientos ablativos (la ablación) pueden ser una opción de tratamiento. El tratamiento ablativo es el uso de temperatura (caliente y fría) para eliminar las células cancerosas y el tejido que lo rodea (circundante).

Tipos de ablación para el cáncer del pulmón

• En la ablación por radiofrecuencia (RFA, por sus siglas en inglés) se utilizan ondas de alta energía para calentar y destruir las células tumorales.
• La ³¦°ù¾±´Ç²¹²ú±ô²¹³¦¾±Ã³²Ô utiliza nitrógeno o gas argón para congelar y destruir las células tumorales.
• En la ablación por microondas se utiliza energía electromagnética para calentar y destruir las células tumorales.

Formas de realizar la ablación para el cáncer de pulmón

• Ablación con acceso percutáneo (ablación percutánea): Se pasa una sonda delgada, parecida a una aguja, a través de la piel y se mueve hasta que la punta llega al tumor. Mediante la guía de una tomografía computarizada, se coloca la sonda. Suele emplearse como procedimiento ambulatorio, con anestesia local (medicamento que adormece) donde se introduce la sonda. Es posible que se le dé medicamento para ayudarle a relajarse.
• Ablación broncoscópica: Le darán anestesia para la broncoscopia. La ablación se realizará por el tubo de broncoscopia y las vías respiratorias, en lugar de hacerla desde fuera a través de la piel. Esta es una forma bastante nueva de realizar el tratamiento ablativo.

Las complicaciones importantes son poco comunes, aunque pueden incluir colapso parcial de un pulmón (lo que a menudo desaparece por sí solo) o sangrado en el pulmón.